Si bien es cierto que algunos animales e incluso humanos en ciertas culturas consumen babosas, es crucial comprender los riesgos potenciales asociados con comerlas. Algunas babosas pueden tener parásitos, lo que podría causar serios problemas de salud si se ingieren. Un ejemplo de ello es el gusano pulmonar de rata, que se ha encontrado en algunas babosas y caracoles, lo que provoca infecciones graves en quienes los consumen sin manipularlos o cocinarlos adecuadamente.
Para garantizar la seguridad, es importante conocer los métodos de preparación correctos si se piensa comer una babosa. Cocinadas correctamente, las babosas pueden ser una adición única a la experiencia culinaria. Aún así, es esencial sopesar los riesgos y tomar decisiones informadas antes de consumir estas criaturas viscosas.
¿Es seguro comer babosas?
Las babosas y los caracoles pertenecen a la misma familia. Sin embargo, mientras comiendo caracoles es muy conocido en todo el mundo, las babosas están más asociadas con las plagas del jardín que con una opción para comer. Al igual que los caracoles, existen riesgos y peligros asociados con el consumo de babosas, pero también tienen un valor nutricional significativo.
Riesgos y peligros
Antes de considerar agregar babosas a su dieta, es esencial comprender los riesgos y peligros potenciales que pueden presentar. Las babosas pueden transportar parásitos y bacterias que pueden ser dañinas para los humanos. Uno de esos parásitos es el gusano pulmonar de rata, que puede causar graves trastornos neurológicos e incluso la muerte si se ingiere. Para reducir el riesgo de ingerir estos parásitos, es fundamental cocinar bien las babosas antes de consumirlas.
Otra preocupación es el consumo potencial de sustancias tóxicas que las babosas podrían haber ingerido. Las babosas a menudo consumen materia vegetal en descomposición y varios pesticidas de jardín. Estas sustancias, si son ingeridas por un ser humano, pueden tener efectos perjudiciales para su salud.
Valor nutricional
Si bien existen riesgos asociados con el consumo de babosas, contienen algún valor nutricional. Las babosas son ricas en proteínas y bajas en grasas, lo que las convierte en una posible fuente alternativa de proteínas para aquellos que buscan diversificar su dieta. Sin embargo, cabe señalar que el contenido nutricional de las babosas puede variar según su dieta y entorno.
Es posible que el valor nutricional de las babosas no supere el daño potencial que pueden causar, por lo que sería prudente considerar otras fuentes de proteínas antes de recurrir al consumo de babosas.

Preparación de babosas para el consumo
Antes de poder consumir babosas, es fundamental prepararlas correctamente para evitar cualquier riesgo de infección por parásitos como Angiostrongylus cantonensis, que puede ser portado por algunas especies. Aquí hay algunas pautas sobre cómo elegir las babosas correctas y algunos métodos de limpieza y cocción adecuados para el consumo de babosas.
Elegir las babosas correctas
Al seleccionar las babosas para el consumo, opte siempre por las que se encuentran en un ambiente limpio, libre de contaminación o pesticidas. Tenga cuidado con los pequeños portadores de alto riesgo, como los platelmintos, que podrían estar transportando nematodos como A. cantonensis. Es aconsejable evitar consumir babosas silvestres debido al riesgo potencial de parásitos e infecciones.
Considere obtener babosas comestibles de un proveedor de confianza o cultívelas en un ambiente controlado, asegurando un hábitat higiénico y libre de parásitos. Esto reduce el riesgo de infección y garantiza que las babosas sean seguras para comer.
Métodos de limpieza y cocción
Antes de consumir babosas, es fundamental limpiarlas y cocinarlas adecuadamente. Sigue estos pasos para preparar babosas para el consumo:
- Limpieza: Después de elegir las babosas apropiadas, enjuáguelas bien con agua corriente para eliminar la suciedad y los residuos. Remoje las babosas en una solución de agua salada durante unos 30 minutos para ayudar a eliminar la mucosidad y los parásitos presentes. Enjuague las babosas nuevamente en agua dulce para eliminar cualquier rastro de sal.
- Cocinando: Cocinar babosas es crucial para matar cualquier posible parásito y hacer que sea seguro consumirlas. Hierva las babosas durante al menos 15 minutos para asegurarse de que estén bien cocidas. Después de hervir, algunas personas prefieren quitar la piel de la babosa y desechar los órganos internos. Si bien este paso es opcional, puede mejorar la textura y el sabor de las babosas.
Se pueden usar diferentes métodos de cocción para preparar babosas, que incluyen:
- Sarten para freir: Después de hervir y limpiar, freír las babosas en un poco de aceite o mantequilla a fuego medio-alto durante unos 5 minutos por cada lado, hasta que adquieran un color marrón dorado.
- Interrogatorio intenso: Coloque las babosas hervidas en brochetas y áselas a fuego medio-alto durante unos 10 minutos, volteándolas de vez en cuando hasta que estén uniformemente cocidas.
- Estofado: Combine las babosas hervidas con verduras, hierbas y especias en una olla o en una olla de cocción lenta. Cocine la mezcla a fuego lento durante varias horas, permitiendo que los sabores se mezclen y las babosas se ablanden.
Recuerde siempre tener cuidado al consumir babosas, asegurándose de seguir las técnicas adecuadas de limpieza y cocción para minimizar el riesgo de infección por parásitos.

Perspectivas culturales sobre comer babosas
Uso histórico
Comer babosas ha sido parte de la dieta humana en algunas culturas a lo largo de la historia. En ciertas comunidades de nativos americanos, el consumo de babosas se ha documentado en enfoques holísticos de los textos de los indios americanos. Estos textos describen el uso de babosas como fuente de nutrición y su papel en las prácticas alimentarias tradicionales. Es esencial considerar el contexto histórico cuando se habla del consumo de babosas, ya que diferentes culturas y comunidades tienen perspectivas variadas sobre esta práctica.
Creencias Regionales
En algunas partes del mundo, consumir babosas es una práctica aceptada, mientras que en otras regiones puede considerarse poco común o incluso tabú. Por ejemplo, se sabe que algunas comunidades en el noroeste del Pacífico y Alaska, donde abundan las especies de babosas, incluyen babosas en sus dietas tradicionales. Los métodos de preparación y consumo pueden diferir entre regiones, pero está claro que las babosas han sido y siguen siendo parte de la cultura alimentaria de algunas comunidades.
Por otro lado, en las culturas occidentales, la idea de comer babosas puede parecer poco apetecible o incluso repulsiva para algunos. Debido a su apariencia y textura viscosa, es posible que muchas personas no vean a las babosas como una opción alimenticia atractiva. Sin embargo, es crucial reconocer y respetar que las diferentes culturas y regiones tienen sus razones y tradiciones únicas en torno al consumo de babosas.